Nuestra casa es uno de los lugares más importantes que todos tenemos, es por tal motivo es importante que ella se encuentre protegida y también haya en ella la presencia de Jesús, para que así todos los que vivamos en paz y armonía.
Hermosa Oración para alejar todo lo malo de nuestras casas
Solo en Cristo Jesús podemos ser libres de todo lo que nos atormenta y nos perturba, es por ello que todo debemos colocarlo en sus manos y que sea Él obrando en nuestras vidas. Recuerda que la Sangre de Cristo nos limpia y purifica, además solo por su sangre tenemos acceso al Padre Celestial.
Señor Jesús, en este momento,
me postro ante Ti primeramente para
agradecerte por cada una de las
bendiciones que Tú me has
concedido hasta este momento.
Gracias por mi familia porque
tengo la certeza de que Tú
estás con cada uno de ellos, guardándolos
y protegiéndolos en cada momento de
sus vidas, gracias porque solo en
Ti podemos estar seguros y confiados.
Padre de la Gloria, quiero pedirte
perdón por todas mis ofensas
hacia Ti, perdóname si te he fallado
y he sido una persona insensata.
Yo te pido que seas Tú
colocando en mí la prudencia y sabiduría
que necesito para poder desechar todo
aquello que no provenga de Ti.
Señor, en este momento te suplico
que seas Tú colocando ángeles y
arcángeles en los linderos de mi
casa, para que así ninguna
potestad del enemigo
pueda entrar en ella.
En tus manos entrego a cada
miembro de mi familia y te pido que
seas Tú derramando sobre ellos una
lluvia de bendiciones, no permitas que
ellos se desvíen de tú, camino y si en
algún momento eso sucede, que seas
Tú tomando sus manos y
regresándolos al camino correcto.
Sé Tú nuestra, guía y no permitas
que caigamos en tentación, aleja de
nosotros todo dardo del enemigo y
que nosotros podamos cumplir con
tu voluntad en el bendito nombre de Jesús,
Amén.
La Sangre de Cristo nos protege de todo mal
La sangre derramada por nuestro Señor Jesucristo es la clave para nosotros ser salvos. Ya que fue por medio de su sacrificio en el madero de la cruz que nos otorgó la gracia, para poder estar ante la presencia de Dios.
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